La Organización Mundial de la Salud aconseja que todas las mujeres se realicen revisiones ginecológicas con una periodicidad anual una vez que hayan comenzado a mantener relaciones sexuales o si presentan algún tipo de problema relacionado con su aparato genital o sus mamas.
En la consulta se realizará una historia clínica que recogerá diversos datos de la paciente, se hará una exploración genital y una toma de citología cervicovaginal.
En función de los casos, también se procederá a solicitar otro tipo de pruebas, o de estudios complementarios: ecografía transvaginal, estudios hormonales, densitometrias óseas...