Monitorización Fetal

La monitorización fetal externa sirve para controlar el estado de salud del bebé mediante el registro de la variación cardiaca del feto y de las contracciones maternas. Se lleva a cabo utilizando una serie de sensores ubicados en un cinturón que se colocan sobre el vientre de la futura madre.

En el control rutinario del embarazo se realizan monitorizaciones durante el último mes, con una periodicidad semanal hasta la semana 40 y cada tres días hasta el parto, siendo muy variable esta cadencia en función de los resultados obtenidos y del estado de la madre.

La duración de la prueba viene determinada por el resultado que se va obteniendo y suele ser suficiente con un registro de 30 minutos.

Los datos de la gráfica obtenida serán estudiados y valorados para determinar si existe alguna anomalía, como podría ser la pérdida del bienestar fetal.